Hay una cierta melancolía recurrente en las canciones sobre trenes. Por ejemplo, se trata de un tema común en la música de Steven Wilson (como se observa en la letra de Happy Returns). Aunque quizás resulte difícil entender esto para los que vivimos en un país en el que los trenes de pasajeros prácticamente han desaparecido desde hace mucho tiempo. En mi caso, tuve la fortuna de viajar en tren desde el entonces Distrito Federal, hasta Xalapa, Veracruz. Sin embargo, a mis escasos 6 ó 7 años, no fue una experiencia particularmente llena de remembranzas.
Fue hasta que mi familia se mudó al ahora “mítico” San Luis Potosí que comencé a experimentar, en el ir y venir por autobús, ese sentimiento de pesadumbre o cansancio que acompaña a las muchas experiencias vividas (y no todas ellas gratas). El anhelo de tiempos mejores, la desesperanza del presente ó un temor al futuro incierto. Me parece que los viajes, ya sea en carretera o en vías de tren, son una pequeña alegoría de nuestro transitar por este mundo. Nos dan oportunidad de divagar y caer invariablemente en la melancolía.
Pero, ¿a que quiero llegar con esta retahíla depresiva?. En realidad, mi objetivo es mucho más ameno, ya que me encuentro en un punto en el que los viajes, las incertidumbres y la melancolía hace mucho que han terminado. Escribo estas líneas para dar continuidad a un proyecto que ha demorado demasiado en ser completado, pero que siempre logra levantar mi animo aún más: Tyler’s Mixtape.