Saved Data

Hicimos un juego

Nunca imaginé que 2024 sería el año en que publicaría un juego, a pesar de que mi historia con el desarrollo de video juegos sea larga y complicada. El juego en cuestión se llama Cempasúchil (disponible en ithch.io), y es una novela visual creada para la Game Jam de Día de Muertos. ¿Cómo llegamos a esto? Aquí el trasfondo…

A los 6 años hice mi primer videojuego en Logo Writer, en un curso para niños impartido por una tía y su entonces pareja, en la unidad de cómputo académico de la UNAM, de la calle Nuevo León en CDMX. Se trató de una historia compuesta por varios dibujos en sucesión. Debió ser el año de 1992 aproximadamente. Ellos también me regalaron mi Super Nintendo, y siempre fomentaron mi amor por los videojuegos.

Posteriormente, de 1996 a 1998 aproximadamente, seguí tomando cursos extra-curriculares de Logo Writer y robótica en el Instituto Potosino, donde tuve excelentes maestros y compañeros competitivos que me motivaron a mejorar mis habilidades de programación. Programé un juego de autos de carreras miniatura con dados, una copia de Mario, y muchas otras cosas que ya no recuerdo.

De 1999 a 2003, participé activamente en un juego de rol en línea, dedicado al universo de Mega Man X. Aprendí a hacer sitios web y perfeccioné mi inglés. Escribía historias en prosa (”fanfiction”), con gente de todo el mundo (principalmente Estados Unidos y Ecuador), 10 o hasta 15 años mayor que yo.

En 2003, durante mi primer año de preparatoria en la Prepa 9 de la UNAM, tomé la opción técnica de computación. El maestro era muy bueno, pero también muy controversial. Aprendí bastante y destaqué, aunque no hicimos videojuegos. Compañeros de la clase me conectaron con varios alumnos que tenían que entregar un videojuego como trabajo final de su clase de informática. En esa época, ya vivía solo a pesar de tener 17 años. Y aunque tenía computadora en mi pequeño cuarto de azotea, no tenía internet. Hice juegos en C++ por medio de algún framework que no recuerdo, y gané algo de dinero extra, para ayudar a esos grupos de alumnos. Eran memoramas y juegos tipo shooter con sprites de la saga de Mega Man. Para ese entonces ya jugaba Vampire The Masquerade con Makoto, pero es probable que ella haya pasado su clase de informática como parte de uno de esos grupos que me compró un juego, sin enterarse de mi involucramiento.

Después de eso, no volví a programar un videojuego. No sé por qué, en realidad. Si tuviera que pensar en una excusa, diría que fue el trabajo y la vida. En 2023, como ya les he contado, tuve una especia de crisis existencial. El trabajo del estudio español Deconstructeam me hizo darme cuenta de algo: realmente quería hacer un juego. Ellos hacen novelas visuales, con temas adultos, éticos y existenciales. El desarrollador principal, Jordi de Paco, fue desarrollador web hasta que un día se hartó y se puso a hacer juegos.

Hoy, 21 años después de haber programado mi último videojuego, he publicado mi primer demo de un juego original. Con la ayuda de Makoto y Anwar, programé, diseñé, escribí, me disfracé y posé, las hice de diseñador gráfico y los convencí de ayudarme en mis locuras. Un millón de gracias. Sólo puedo pagarles haciendo un muy buen juego. ¡Espérenlo completo para 2025!

Gracias a Héctor Guerrero por brindarme su colaboración y ayuda, y por brindar a tanta gente, un espacio ideal para hacer juegos.

Les dejo un video “making of” y algunas capturas del juego.


Coméntenle